Matervini es la búsqueda de lo desconocido, de lo nuevo en lo antiguo.Es un recorrido que comienza con un vino hecho en suelos tradicionales mendocinos del Valle de Uco, que dan al visitante la oportunidad de probar los sabores y la personalidad de un terroir clásico y tradicional. Este es el punto de partida para de allí saltar a los terroirs de aventura y descubrimiento: Valle de Canota en Mendoza; Valles Calchaquíes en Salta, a mitad camino entre Cafayate y Molinos; Yacochuya, en Cafayate y por último, volviendo hacia Mendoza, Piedras Viejas, en la zona de El Challao, Las Heras, primer viñedo mendocino en pendiente pronunciada, con densidades de plantación de hasta 13 mil plantas por hectárea, plantado a más de 1.600 metros de altura y con una diversidad geológica enorme en tan pequeña superficie: suelos de piedra calcárea de 40 millones de años de antigüedad, otro calcáreo de 450 millones de años de antigüedad y un tercero, de basalto negro fracturado y meteorizado. Todo, en menos de 20 hectáreas, en plena Pre-cordillera.Este viaje “tenso de tanto cambio, intenso de tanta personalidad, cautivante de tanta emoción”, según palabras de Achával, termina en el terroir de la Mendoza tradicional: un vino de Perdriel, un Malbec de viña vieja plantado en 1938. “Serenidad para culminar el recorrido y elegancia para no olvidar nunca jamás que la Argentina estará haciendo vino hace cinco siglos, pero también recién nace al mundo con una diversidad de suelos y sabores que recién comienzan a explorarse”.Aquí, en este último suelo, se erige el edificio donde se elaboran seis vinos de una misma intensidad y distintas geologías. La bodega cuenta con una producción anual de 40.000 botellas entre todas las etiquetas.
